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Breve guía de meditación

Cuando hablamos de meditación, inmediatamente nos imaginamos a alguien sentado con las piernas cruzadas, las manos en oración y los ojos cerrados. Sí, puedes meditar en esta postura, ¡pero no tienes por qué hacerlo! Hay muchas formas de meditar, y no se trata sólo de relajarse… Es una práctica que, sencillamente, puede cambiar tu vida a mejor. Esperamos que nuestro breve artículo sobre la meditación te ayude a aprender más sobre el tema, y quizás incluso te inspire a intentarlo o a ir más allá en tu práctica.

Por cierto, ¿qué es exactamente la meditación?

Hoy en día, meditar podría equipararse a no pensar. Hasta principios del siglo XV, se entendía por meditación la reflexión sobre un misterio religioso. Pero, ¿sabías que esta palabra en realidad tiene sus raíces en la palabra latina medeor, que significa cuidar? Con el tiempo, la definición de esta palabra ha perdido parte de su significado en el lenguaje hablado. Sin embargo, es practicando la meditación como comprendemos su verdadero significado. Existen varios tipos de meditación, todos los cuales sitúan la conciencia en el centro de nuestro ser.

Los primeros testimonios escritos de prácticas de meditación se remontan al año 500 a.C. Sin embargo, en las cuevas indias se han encontrado frescos que representan a personas en posiciones de meditación. Por tanto, es difícil datar la aparición de esta práctica, pero lo que es seguro es que es ancestral. Se encuentra en muchas creencias y movimientos, sobre todo en el budismo a través de Buda y en el hinduismo a través de los Yoga Sûtras.

¿Por qué meditar?

La meditación es una práctica cada vez más extendida. Ahora está desvinculada de cualquier noción de religión, a diferencia de lo que ocurría en el pasado. Hoy en día, millones de personas la practican regularmente, incluso a diario. Y hay una buena razón para ello: como sabes, meditar te ayuda a relajarte, ¡pero no es la única forma! Esta práctica tiene varios efectos:

  • mejora la concentración, la atención y la memoria

Mediante la meditación, aprendemos a observar con conciencia lo que hacemos, lo que pensamos y lo que ocurre a nuestro alrededor.

  • prevención de trastornos cardiovasculares

La meditación tiene efectos positivos sobre la tensión arterial, la resistencia a la insulina y la tolerancia a la glucosa. Por tanto, la meditación reduciría el riesgo de desarrollar síndrome metabólico.

  • reducir la intensidad del trastorno obsesivo-compulsivo

Practicando la meditación con regularidad, a las personas con trastorno obsesivo-compulsivo les resulta más fácil desprenderse de sus pensamientos obsesivos.

  • aumento de los sentimientos positivos

Durante la meditación, se activa el córtex prefrontal izquierdo. Igual que cuando experimentamos sentimientos positivos como el entusiasmo y la alegría. Las personas que meditan con regularidad tienden a experimentar sentimientos positivos más a menudo en su vida cotidiana y, por tanto, son más felices.

  • reducir los síntomas del dolor crónico en los ancianos

Recomendada para las personas mayores (¡pero también para los jóvenes!), la meditación acompaña y refuerza cualquier terapia destinada a reducir el dolor crónico.

  • reducir el estrés y la ansiedad

En realidad, el estrés está causado por pensamientos negativos. Cuando meditamos, mejoramos la secreción de cortisol y desterramos todos esos «ruidos» perjudiciales que nos provocan ansiedad. La meditación diaria es uno de los mejores aliviadores del estrés.

Diferentes técnicas de meditación

El arte de la meditación puede practicarse de muchas formas distintas. No a todo el mundo le gustarán todas, así que tienes que encontrar las que mejor se adapten a ti. He aquí una selección de ocho tipos de meditación que puedes practicar sin moderación.

Meditación guiada : Este tipo de meditación es muy popular entre los principiantes. Consiste en escuchar una voz que te guía hacia la relajación y la reorientación del cuerpo y la mente.

Meditación de atención plena: Nos permite observar el momento presente sin juzgar. Podemos centrar nuestra atención en los ruidos, los olores, la gente que nos rodea, mientras caminamos, etc. Prestando atención al momento presente, también podemos observar las emociones vinculadas al entorno.

Meditación de visualización: Durante este tipo de meditación, intentamos representar algo o a alguien en nuestros pensamientos con la mayor exactitud posible y observar esta imagen. El objetivo es sentir y observar las emociones y sensaciones físicas asociadas a esta imagen.

Meditación Vipassana : Se trata de encontrar la verdadera naturaleza de la realidad observando nuestra propia existencia. Cada momento y cada pensamiento son objeto de meditación, con la intención de una eventual transformación. Cuando surge una emoción o un pensamiento, lo acogemos, siempre sin juzgarlo, y continuamos el movimiento respiratorio.

Meditación con mantras: Consiste en repetir, en voz alta o en nuestros pensamientos, una palabra o un mantra (conjunto de palabras sagradas) durante toda la meditación.

Meditación en movimiento: Puede ser yoga, Qi Gong, Tai Chi o simplemente caminar. Al movernos, observamos el flujo de energía en nuestro interior.

Meditación con sonidos: Se utilizan cuencos tibetanos, gongs y otros instrumentos para crear sonidos que te ayuden a concentrarte y relajarte. En realidad, son las vibraciones de estos sonidos las que conducen a este estado meditativo.

Meditación Zazen: Esta práctica japonesa consiste en observar los pensamientos o emociones que puedan surgir, acogerlos sin juzgarlos y dejarlos ir. Para esta meditación, siéntate frente a una pared. La idea es enfrentarte a ti mismo.

¿Cómo puedo meditar fácilmente?

Lo más importante al meditar es sentirse a gusto, en una postura cómoda y en un entorno tranquilo. Puedes practicar de pie, sentado, bailando, con los ojos cerrados o mirando algo, etc.

Todo es posible, siempre que te propongas sinceramente practicar la meditación. Los primeros intentos pueden ser relativamente difíciles, pero se suele alcanzar un verdadero estado meditativo tras unas pocas sesiones. Para empezar, aquí tienes algunas instrucciones:

  • Elige un lugar tranquilo donde no te molesten.
  • Intenta meditar todos los días durante un rato, por ejemplo 10 minutos.
  • Vístete de forma que no pases frío. En posición estacionaria, el cuerpo tiende a enfriarse rápidamente.
  • Busca una postura cómoda con la columna recta. En posición de loto, con las piernas cruzadas o sobre los talones, relaja los hombros dejándolos moverse hacia atrás. Inclina ligeramente la barbilla hacia el pecho, ya que es la posición en la que puedes respirar más libremente.
  • Sé observador de tus pensamientos, deja que vayan y vengan, sin detenerte en ellos.
  • Sé consciente de tu respiración, es lo que te permite estar en el momento presente.
  • Y sobre todo: ¡no seas duro contigo mismo!

En la actualidad, el arte de la meditación se practica en todo el mundo y en todo tipo de establecimientos. Muchos de los hoteles que recomendamos ofrecen sesiones de meditación, y para todos los niveles de experiencia. A veces basta con una sesión guiada para apreciar esta práctica más profundamente. De hecho, a menudo es después de meditar al aire libre o en senderos especialmente creados (como el Dolder Grand de Zúrich) cuando la gente quiere establecer una rutina diaria de meditación.

Nuestros hoteles favoritos para meditar son el Santuario del Espíritu de Bután, en Bután, Emerito, en Italia, y Vana Retreat, en la India.

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