Por Pascal Languillon, Director General de Luxe Wellness Club
Hay lugares que dejan una impresión duradera. Lugares que se recuerdan no sólo por el confort excepcional de sus villas o la calidad impecable de sus tratamientos, sino sobre todo por la atmósfera única que reina en ellos, esa rara alquimia entre naturaleza, espiritualidad y hospitalidad. En COMO Shambhala Estate, cerca de Ubud, en Bali, encontré uno de esos lugares que te conmueven profundamente. En toda mi carrera como cazador de lugares excepcionales, puedo decir sin dudarlo que ¡ésta es una de las fincas más bellas! He aquí un relato detallado de esta memorable estancia.
Un hermoso santuario natural
El COMO Shambhala Estate es sin duda el buque insignia de la prestigiosa colección COMO Hotels & Resorts, sobre todo en lo que se refiere al bienestar. Este complejo galardonado encarna la esencia misma de la filosofía holística desarrollada por la marca. Aquí, el arte de los mimos, las prácticas ancestrales, el yoga, la nutrición y la naturaleza se unen para ofrecer una experiencia holística y profundamente transformadora.
COMO Shambhala Estate está a sólo veinte minutos en coche del centro de Ubud, el corazón cultural y espiritual de Bali. Enclavado en las verdes alturas de la isla, el hotel domina el valle del río Ayung, rodeado de una selva densa y vibrante. Al llegar, te sentirás inmediatamente atraído por la cruda energía de la selva tropical. La vegetación es casi irreal en su densidad, como si cada hoja, cada enredadera, cada tronco de árbol quisiera hacer una declaración audaz sobre su existencia.
Las cigarras puntúan los días con su ensordecedor canto, los monos hacen traviesas apariciones por los senderos, y el poderoso y majestuoso río Ayung esculpe el paisaje de una forma que causa admiración. Aquí, todo parece más intenso: los colores, los sonidos, los olores.
Tanto es así que a veces tienes la impresión de estar en el corazón de un santuario natural, un reino secreto donde la naturaleza sigue reinando suprema. Lo que llama la atención es el tamaño de la finca. Más que un hotel, es una auténtica finca integrada en la selva, un vasto entorno verde donde villas, pabellones y zonas comunes se entrelazan en perfecta armonía.
Los arquitectos han respetado la accidentada topografía del lugar, creando pasarelas, terrazas abiertas y escaleras que descienden hasta el río, invitando a los visitantes a explorar el exuberante entorno natural.
El hotel ofrece excursiones que te permiten sumergirte en la vida balinesa más allá del recinto. Yo elegí un paseo en bicicleta por los arrozales de los alrededores en el momento mágico de la puesta de sol. La ruta serpenteaba entre las brillantes terrazas verdes, salpicadas de pequeños templos donde los lugareños venían a dejar sus ofrendas. Por el camino, me crucé con aldeanos sonrientes, niños que jugaban junto al camino y mujeres con pareos que llevaban cestas en la cabeza. La luz dorada del final del día envolvía el paisaje en un resplandor casi irreal, sublimando cada detalle.
Suntuosas suites perdidas en la naturaleza
El COMO Shambhala Estate está formado por residencias privadas, villas y suites diseminadas por la ladera de la colina, entre la selva tropical y pequeños claros. La arquitectura, obra de Cheong Yew Kuan, se integra en el paisaje con rara elegancia, mientras que los interiores han sido diseñados por el japonés Koichiro Ikebuchi, un maestro en el arte de la sobriedad refinada.
Se da prioridad a los materiales locales: piedra volcánica, maderas nobles y tejados tradicionales hechos de alang-alang (hojas secas de palmera) crean un conjunto que parece haber pertenecido a la selva desde siempre. Se trata de una arquitectura orgánica, que no pretende dominar su entorno sino fundirse con él, ofreciendo a los visitantes la rara sensación de habitar la naturaleza en lugar de observarla desde la distancia.
Me alojé en una Suite Terraza, una categoría de habitación que combina a la perfección comodidad e inmersión en la selva. Amplia, probablemente 80 m², ofrecía un espacio interior elegante y minimalista, dominado por una cama king-size con sábanas exquisitamente suaves, así como un cuarto de baño abierto al exterior, donde puedes disfrutar de los sonidos de la selva incluso mientras te preparas por la mañana. También disponía de una terraza privada desde la que podía contemplar las copas de los árboles y escuchar el incesante canto de las cigarras.
Este estilo colonial chic, que combina las comodidades modernas con la elegancia intemporal de una época pasada, confiere a las suites un carácter único. La experiencia se completó con el acceso a las zonas comunes de la Residencia: un salón con el encanto del viejo mundo, un comedor acogedor y una piscina comunitaria rodeada de árboles frangipani y cocoteros, perfecta para contemplar la puesta de sol sobre el valle.
Las cascadas como parque infantil
La finca COMO Shambhala tiene una ventaja añadida de la que pocos hoteles pueden presumir: sus cascadas naturales son accesibles directamente desde la finca. Desciendes por un sendero empinado que serpentea entre una densa vegetación, y de repente descubres estas cascadas salvajes, con pozas donde puedes darte un chapuzón.
Nadar allí, rodeado de selva, con la fuerza del agua rompiendo a tu alrededor, te da una sensación de libertad absoluta. Volví a sentirme como una niña, asombrada por el poder y la belleza de la naturaleza. Es una experiencia que recomendaría a cualquiera que se aloje aquí: no es sólo un baño, sino una comunión con los elementos.
Un balneario inmerso en la selva
He tenido la suerte de experimentar muchos rituales de bienestar en mi vida, pero uno de los tratamientos que recibí aquí permanecerá grabado en mi memoria. Imagínate: una camilla de masaje instalada en plena naturaleza, a pocos metros de una cascada. El sonido del agua se mezcla con el canto de los pájaros, y el aire se llena del olor húmedo de los helechos. El terapeuta comienza con una suave presión, que parece seguir el ritmo del río. Cada gesto, cada movimiento parece orquestado por la propia naturaleza.
Al final del tratamiento, me invitan a sumergirme en un baño al aire libre sembrado de pétalos de rosa. Es como si todo el cuerpo se disolviera en un océano de sensaciones, una ósmosis total entre el yo y el entorno. ¡Qué placer!
Un templo del Ayurveda y el yoga
En COMO Shambhala Estate, el programa de tratamientos se basa en tradiciones ancestrales asiáticas, en particular el Ayurveda. Tuve la ventaja de consultar a un médico ayurvédico que se tomó el tiempo necesario para explicarme mi perfil doshico y recomendarme los tratamientos adecuados. Durante mi consulta ayurvédica, el médico me explicó que soy predominantemente Vata, con un componente Pitta. Esto significa que soy creativa por naturaleza, curiosa, siempre en movimiento, con una energía viva pero a veces errática. Tiendo a dejarme llevar, a pensar demasiado deprisa y a sentir cierto nerviosismo si no me tomo el tiempo necesario para calmarme. ¡Y es verdad! Por eso recomendaba prácticas de respiración lenta y profunda todos los días, para conseguir más estabilidad y calma interior.
Los masajes ayurvédicos, con sus aceites calientes y movimientos envolventes, me relajaron profundamente, pero sobre todo me dieron una sensación de reequilibrio.
El yoga también desempeña un papel central. Las clases se imparten en pabellones con vistas a la selva, donde cada respiración se mezcla con el aire puro y cada postura parece amplificada por la energía del lugar. Practicar el saludo al sol con el telón de fondo del amanecer sobre la selva tropical es una experiencia que casi roza lo sagrado.
Cena sana y refinada
Una escapada de bienestar no estaría completa sin la cocina adecuada. Aquí, el menú COMO Shambhala es una auténtica firma. Diseñado para ser sano, equilibrado y delicioso, utiliza productos locales, a menudo ecológicos, y mezcla sutilmente la tradición balinesa con la inspiración internacional.
La experiencia culinaria en COMO Shambhala Estate merece por sí sola el viaje. Por las tardes, me gustaba instalarme en Kudus House, una casa javanesa de 150 años de antigüedad transformada en un refinado restaurante. El ambiente es a la vez íntimo y auténtico, como si el tiempo se hubiera detenido. Recuerdo una cena salpicada de platos indonesios de sabores profundos: rendang de ternera que se deshace en la boca, verduras aromatizadas con leche de coco…
A la hora de comer, estaba de vuelta en el ambiente luminoso y contemporáneo de Glow, donde la cocina abierta te invita a ver trabajar a los chefs. Allí probé una de las mejores ensaladas: una mezcla inesperada de quinoa, arándanos, jengibre y miso, nutritiva y llena de frescura. Con sus zumos recién exprimidos, sus coloridos cuencos y sus vibrantes platos, puedo decir que me encantó la experiencia culinaria.
Las mañanas en Kudus House son mágicas: el canto de los pájaros, la suave luz de la selva y un menú que celebra tanto la indulgencia como la vitalidad. Empezamos con un zumo fresco o un chupito de Jamu Dorado, vigorizante y reconfortante, antes de deleitarnos con fruta tropical y granola casera, tan crujiente como fragante. Me encantaron las tortitas de mango y yogur de coco, así como el bol de quinoa con setas y aguacate, colorido y nutritivo.
De todas las opciones, mi favorita fue la Tostada Real: una crujiente tostada de almendra y linaza, cubierta con un cremoso crumble de aguacate, servida con una fresca ensalada de tomate, pepino y perejil. Un plato que me encantaría volver a preparar en casa.
Veredicto
El entorno natural, absolutamente excepcional, es sin duda uno de los más impresionantes que hemos visto en un hotel. La fuerza de la selva, la presencia del río y las cascadas, la energía palpable del lugar: todo contribuye a crear una atmósfera única. Las villas con sus piscinas infinitas son sublimes, los tratamientos de notable calidad, la cocina refinada y en perfecta sintonía con la filosofía del bienestar. Un verdadero santuario para el cuerpo, la mente y el alma, y nuestro lugar favorito de Bali.
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Precios: Prepárate para pagar desde unos 1.000 euros al día de media por una persona sola, con todo incluido (alojamiento, cuidados, pensión completa), o unos 650 euros al día por persona para una pareja. Contacta con nosotros para promociones especiales.
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